El inicio de un nuevo año es mucho más que una simple fecha en el calendario. Es una invitación para detenernos, reflexionar y proyectar lo que deseamos construir en nuestra vida.
Intencionar el año no es solo una práctica simbólica; es un acto consciente que nos conecta con el poder de nuestra mente y nuestra capacidad para transformar nuestros deseos en realidades concretas.
La intención tiene un efecto poderoso en nuestra vida porque dirige nuestra energía hacia aquello que valoramos. Cuando fijamos una intención, estamos tomando la decisión de prestar atención a lo que realmente importa, de priorizar lo que queremos experimentar y de alinear nuestras acciones con nuestros deseos más profundos.
El poder de decretar con claridad
Nuestra mente es una herramienta creativa extraordinaria. Cada pensamiento, cada palabra y cada emoción que cultivamos contribuye a construir nuestra realidad.
«Cuando decretamos algo con claridad y firmeza, no solo lo estamos poniendo en palabras, sino que también estamos activando un proceso interno de enfoque y motivación. Es como plantar una semilla: cuanto más la nutrimos con nuestra atención y esfuerzo, más crece».
Por ejemplo, si intencionamos «este año cultivaré la paz interior«, nuestra mente comenzará a buscar maneras de materializar esa paz: tal vez encontramos tiempo para meditar, reducimos compromisos innecesarios o nos permitimos soltar aquello que nos genera conflicto.
Al decretar, estamos enviando un mensaje claro al universo y a nuestro propio subconsciente de que estamos listos para dar los pasos necesarios.
El equilibrio entre intención y acción
Intencionar no significa simplemente esperar que todo suceda mágicamente. Es una combinación de visión y acción. La intención es el mapa, pero necesitamos caminar el camino.
Al reflexionar sobre lo que deseamos para este nuevo año, podemos visualizar no solo los resultados que queremos, sino también los pasos que podemos dar para acercarnos a ellos.
Como explica Enric Corbera, el poder del pensamiento consciente reside en la capacidad de “reprogramar nuestras creencias” para dejar de vivir desde el automatismo y comenzar a hacerlo desde la intención consciente.
Cuando nuestras intenciones están alineadas con nuestras acciones, creamos un flujo armónico que nos lleva hacia nuestras metas. Y si añadimos gratitud y confianza a este proceso, estamos fortaleciendo aún más esa conexión entre lo que soñamos y lo que podemos lograr.
Eckhart Tolle señala que “la acción surge de la alineación con el momento presente”. Intencionar no significa simplemente esperar que todo suceda mágicamente. Es una combinación de visión y acción. La intención es el mapa, pero necesitamos caminar el camino.
Intencionar con propósito y amor
Este año nuevo, te invito a conectar con tus deseos desde un lugar de amor y autenticidad. Permítete soñar en grande, pero también sueña en armonía con lo que realmente resuena en tu corazón.
«Tus intenciones no necesitan ser perfectas, pero sí necesitan ser tuyas».
A veces, lo que deseamos no está tan lejos como pensamos. La claridad, la confianza y el compromiso son las llaves que pueden abrirnos las puertas hacia aquello que anhelamos.
En palabras de Enric Corbera, creador de la Bioneuroemoción, “somos los únicos responsables de cómo percibimos nuestra realidad”. La manera en que intencionamos y dirigimos nuestra atención tiene un impacto directo en lo que vivimos, porque somos co-creadores de nuestras experiencias.
Para ayudarte a comenzar este proceso, hemos preparado una guía especial que te invita a reflexionar sobre el año que termina y a planificar el nuevo con ejercicios y preguntas diseñadas para conectar con tus intenciones más auténticas.
Puedes descargarla totalmente gratis e imprimirla desde este enlace.
Este es el momento perfecto para sembrar las semillas de un año lleno de posibilidades.
Que cada intención que decretes nazca desde el corazón y te guíe hacia un camino de plenitud, bienestar y consciencia. 🧘♀️
Nos vemos en el mat.
Corina Díaz